GASTRONOMIA
En
la gastronomía hidalguense son muy comunes los platillos elaborados con flores
de diferentes cactáceas, como las de izote, de maguey, de sábila, de mezquite,
de garambullo y de nopal, con las que se preparan tortitas o sabrosos guisados.
Tampoco
faltan los nopales, cocinados en todas sus formas: como sopas, rellenos de
queso y capeados, en ensaladas o en originales pasteles y budines. No podemos
olvidarnos de las tunas, con las cuales se hacen ricas aguas o postres, como
los xoconostles en almíbar o en mermelada, los cuales también se usan para
darle buen sabor al caldo de pollo con verduras o a ciertos moles.
En Hidalgo
es frecuente el uso de los hornos de tierra, donde se cocinan tanto la famosa
barbacoa de carnero como las ardillas enchiladas o los conejos y los
tlacuaches, metidos entre la duras pencas de maguey que se abren a lo largo.
Otras
delicias son sus moles, como el pascal o el mole de conejo con piñones y nueces
(que se encuentran en la región de Jacala), o los finos mixiotes, piel o
epidermis de la penca de maguey con que se envuelven diferentes guisos que
luego se cuecen al vapor, o los bocoles, gorditas de maíz cocidas en el comal y
fritas, algunas veces rellenas de frijol, que sirven para acompañar otros
platillos.
También
hay una infinidad de alimentos hechos con pulque (aunque éste es cada día más
escaso), como el suave pan de pulque, y en temporada son muy solicitados los
gusanos de maguey, que se comen fritos, con guacamole y envueltos en una
tortillita recién hecha, lo mismo que los chinicuiles, unos gusanitos rojos que
se encuentran en las raíces del maguey, de sabor un poco más pronunciado, pero
también exquisitos.
En cuanto
a los dulces, son famosos los de leche, o los muéganos de Huasca o las
pepitorias y palanquetas de San Agustín Metzquititlán, región productora de
nueces.
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